Más de 40.000 mil personas han visitado la exposición de Josep Puigmartí, en su
primer destino en China, Shanghai. el Museo de Renmin Da Dao.
La presentación de la obra de Josep Puigmartí en Shanghai ha sido un éxito rotundo.
Se trata de obras que van desde 1970 al 2005.
La gira que ha empezado en Shanghai, terminará en Beijing, pasando por Guanzhou.
Puigmartí el hombre y el artista. (Monistrol de Calders 1932, Barcelona)
Josep Puigmartí, artista transgresor donde los haya, es una personalidad un tanto
insólita dentro de la plástica catalana de la segunda mitad del siglo XX.
En 1956 Puigmartí realizaba una obra que se fue decantando hacia cierto esquematismo
expresionista, dando mucho valor a las zonas del fondo y del interior de las propias
figuras y un minucioso trabajo matérico que recuerdan la pintura modernista
austriaca. En los años 60 empujado por el dinero fácil y el divertimento de los
ambientes frívolos, trabaja como modelo publicitario. Acude con frecuencia a las
fiestas organizadas por Salvador Dalí y se deja arrastrar por la curiosidad del
momento.
Realiza su segunda exposición en Barcelona y desarrolla una obra al margen de los
contenidos conceptuales, sin búsqueda de simbologías, mensajes y desarrollos
literarios.
En 1972 Puigmartí tiene su residencia en París y unos meses más tarde presenta su
primera exposición personal “himno a la mujer”. Puigmartí se dedicó hasta 1989 a
pintar a la mujer.
Otra tendencia que afectó el arte a nivel mundial fue el Pop Art, sobretodo por la
influencia de artistas americanos como (A. Warhol, Tom Wesselman) que como él mismo
nos ha comentado estuvieron en un libro de maestros del siglo XX de arte erótico,
el cual tuvo influencia en todo el mundo.
A finales de los 60 la aceptación que tenían sus litografías en Japón le llevó a
realizar diversos viajes a Tokio donde trabajó incansablemente en nuevas maquetas
originales. Su contacto con la Silver Cloud Galleries de Pacific Beach, California,
le llevó a trasladarse a Estados Unidos. Era el año 1984, y residió en este país
hasta 1989. Asia, Europa, Estados Unidos... y finalmente otra vez en casa junto al
mediterráneo natal.
Es en el Hotel Estela de Sitges “Hotel del Arte” donde Puigmartí a los 60 años
realiza el cambio más importante de su vida. Abandona su vida de trotamundos y se
instala en el loft superior del hotel donde coloca su estudio en 1995.
El cambio formal se concreta en dos hechos: desaparecen aquellas mujeres maniquíes
de frío y perfecto trazo y la línea adquiere el protagonismo radical que nunca había
tenido la obra de Puigmartí.
La mirada humana siempre había sido su gran paisaje. Esta filosofía del ojo, en
parte memoria, en parte observación, la practica constantemente. Que te miren y
mirar: esta ha sido su obsesión.
En la década de los 90 Puigmartí desarrolla la creación tridimensional, lo que
llamaríamos esculturas u objetos, y que el propio artista llama “cosas”. Estas cosas
siguen la tradición dadaísta, la tradición del Pop Art en la que los objetos se
construyen a partir de otros objetos, cambiando su sentido. Realiza actos
automáticos en la selección de los elementos encontrados. Sin embargo, en ambos
casos se impone su estructura mental de manera inconsciente y sin pretenderlo, se
nos entrega con todos sus demonios.
Ahora le seduce el hecho de dedicarse por completo a su trabajo y se entrega a una
febril actividad creadora.